Os propongo que hagáis vuestro pronóstico para el partidazo de este sábado 10-12-2011. ¿Qué creéis que pasará? ¿Aumentarán diferencias los de Mourinho, recortará puntos el Barça de Guardiola o todo seguirá igual? ¿Habrá polémica? Sólo quedan dos días…
A Lars von Trier le pasa lo que a Mourinho, salvando las distancias. O lo amas o lo odias. O lo consideras un genio o lo consideras un maleducado, pedante y gilipollas. Aún no habíamos añadido ninguna película del bueno de Lars a esta Videoteca, y ya iba siendo hora. La primera va a ser Dogville producida en 2003 y protagonizada por Nicole Kidman, Paul Bettany, Lauren Bacall, Stellan Skarsgard, James Caan, Ben Gazzara, Harriet Anderson, Jean-Marc Barr, Patricia Clarkson, Udo Kier y Chloë Sevigny, entre otros. Como podéis deducir se trata de una historia coral.
La particularidad de esta película no es sólo la historia que nos cuenta en sí, la de una Nicole Kidman que huye de una banda de gángsteres y que es acogida como una habitante más en una pequeña localidad de Estados Unidos. ¡Qué bondad!, gritarán ustedes. Pues no, porque precisamente es aquí donde ataca la película, a la doble moral de la condición humana. La película es la primera parte de la trilogía que el director dedica a la sociedad de los Estados Unidos, país que curiosamente nunca ha visitado ni piensa hacerlo por su odio acérrimo hacia el país norteamericano y por su fobia a volar. La segunda parte de esta trilogía titulada Estados Unidos: Tierra de oportunidades es Manderlay (2005) y la tercera entrega se llama Washington y está actualmente en fase de producción y tiene previsto su estreno para 2012.
Como avanzaba, la particularidad más interesante de la película es su tratamiento de la escenografía. El minimalismo extremo cede el protagonismo a la teatralidad de las interpretaciones y las relaciones entre los personajes. Los decorados se reducen a los elementos físicos esenciales para la interacción de los actores, valgan de ejemplo puertas y ventanas. La división de los espacios en el pueblo de Dogville se expresan con una simple raya de tiza en el suelo negro, es como si los personajes vivieran en un croquis a escala real, lo que propicia una bella luminosidad teatral en la fotografía. Lo mejor es que el excéntrico director danés lo consigue. Consigue que no te fijes en ello y que sólo te centres en la historia que te está contando, despojando la importancia de todo lo superfluo. Es increible que la ausencia de decorados en una película de casi tres horas de duración no sólo no agote al espectador sino que le despierta. Una puesta en escena teatral que para el cine sólo pudo imaginar un genio, un cineasta de los que gozan con la experimentación en el medio, de los que piensan que no todo está inventado.
En este país ya sólo se habla de una cosa, y no es sobre sexo, tema que se está viendo desplazado por el Clásico de todos los Clásicos: F.C.Barcelona contra Real Madrid; Guardiola contra Mourinho; Lionel Messi contra Cristiano Ronaldo; Valdés contra Casillas; Iniesta contra Özil.
Estamos ansiosos por la llegada de este partido que finalmente no veré ni dónde ni con quién tenía previsto. Un partido del que se hablará durante bastante más tiempo que sobre el resultado de las elecciones catalanas. Que por cierto, vaya regalito nos dejó la campaña de Laporta con la actriz porno María Lapiedra. No inserto el vídeo por vergüenza, tenéis suficiente con el enlace. No hay palabras, el pobre ex presidente del Barça no ha tenido más remedio que despedirla jugando al tirachinas con el tanga de la diva del despelote.
La cosa es que para ir calentando motores para el partidazo os propongo participar en la siguiente porra. El que acierte merecerá todos mis respetos.
Entre los mediodías del domingo 25 de julio y del lunes 26 de julio de 2010 sólo pasaron 24 horas, a veces 24 horas son suficientes para cambiar el curso de la Historia o como, en este caso, dejarla atrás. El domingo fue José María Gutiérrez Hernández, más conocido como Guti, quizás el futbolista de más talento que ha parido la cantera blanca desde la época de la Quinta del Buitre, quién dijo adiós al club de Concha Espina. En estos 14 años en la primera plantilla del Real Madrid, no recuerdo un sólo verano en el que no se hablara de su salida del club, tampoco recuerdo a un sólo entrenador que no acabara rindiéndose a la evidencia de su calidad, quizás su mayor problema haya sido tener que remar siempre contracorriente con su afamado difícil carácter. A pesar de ello, nos ha dejado momentos de futbolista inolvidable, un superclase que lo ha dado todo por el club, y que podría seguir ofreciendo pases imposibles y demás incontinencias futboleras. Guti cometió un error más, de los que siempre le han acompañado, decir las cosas como las siente en el momento, sin pensarlas, como el niño que no puede dejar de llorar si no le colocan el chupete. Se despidió de la afición en el último partido de la Liga 2009-2010 en el Bernabéu frente al Athletic de Bilbao, semanas después tras conocer parte del nuevo proyecto le dieron ganas de quedarse. José Mourinho, hombre de principios según parece, al llegar al Real Madrid, dijo que un jugador que se ha despedido de la afición no puede quedarse. La condena de Mourinho me suena como esa canción del maestro Sabina, al que volví a ver hace poco en concierto, y que dice que «al lugar donde has sido feliz debieras no tratar de volver«. Maestro Gutiérrez, suerte en Turquía, seguiré tus pasos como espero que tus nuevos compañeros sigan tus pases.
El lunes, al despedir al 7, «el Real Madrid pasa una página muy gruesa» según Valdano, el poeta del fútbol que descubrió al pincel con el que se ha escrito la Historia reciente del club, el buque insignia del Real Madrid de las 3 Champions League en color, el Raúl Madrid. Poco más se puede decir de Raúl de lo que ya se ha dicho, se va el Gran Capitán, un ejemplo de deportista y persona a seguir y que merecía terminar su carrera vestido de blanco como hicieran otros ilustres como Santillana o Sanchís. Raúl González Blanco, no podía tener otro segundo apellido más adecuado, sigue los pasos de otros que también debieron acabar en Madrid y que no lo consiguieron como Butragueño, Míchel o el mismísimo presidente de Honor, don Alfredo Di Stéfano. Algún día, aquel chico tímido, pero poseedor de un especial desparpajo, que un día debutó en la Romareda y marcó su primer gol de blanco a su ex equipo, el Atlético de Madrid, volverá para hacer algo grande por un club que debería haberle retenido, haberle convencido, para que se despidiera como merece, jugando en su casa, el Bernabéu.
El que voló sobre el nido del cuco 